Conocerte es navegar,
suavemente,
en la memoria.
Pasear delicadamente los pensamientos
delineando el color de tus ojos
Te encuentro en cada solaz respiro de la espera, contando los minutos
Resanando la conciencia que se hace nada
Te meneas en el aura del tiempo
Agostándote en mi temple de mujer.
Con rayo de luz que surge
Entibio de los respiros que se escuchan,
En la lejanía de una radio que no suena…
Caminos que dibujados en la parcialidad del mundo
Se construyen…
Te miro y me disfrazo..
Me disfrazo en el granal sin tener en la manos más que arena desmoronada
Deslizada en los dedos del sonido
susurrándote ..
emergiendo de la cueva de mi alma…
Mi espíritu se hace halo
Te alcanza en el menudeo,
se abraza a ti
Calida y pura esencia
Dos minutos me bastan,
Tendida en la trampa de la noche
Refrendo tu esencia,
quedándote
en el ventanal de mi mirada..
Te espío cada que me tocas
En la morada de la luz
Que desprendes cuando caminas..
Hombre etéreo sin cuerpo
Te miro siempre que recuerdo,
Todos los días
te espero en los matizados
brotes de la noche
En el "wenas" que pronuncia tu corazón de oro,
En el espaciado relax de sueño que pesa
En la bruma de la distancia..
Te nombro y me recreo..
Existes en el silencio poblando mi memoria
Te toco y me quedo presa de tu halito
que me trae los olores del viento,
Estás plagado de esencias
Te las dió la noche y las reafirma el día
Eres un hombre que en la voz
Cruza fronteras y besa en los labios..
Se hace viento, tiempo y fuego…
Lleva en sus colores una cadenas de sueños..
Se sienta y se presiente…
río rojo vertido en el cierre de mis ojos que dormitan..
Te nombro tentación que se queda
Ahí lejana, intocable..
Hombre de los llanos callados
Sereno, intocable
Solo un sueño.
Rocio Avitia
chihuahua, chih. México
